Los motivos del desperdicio alimentario son múltiples y se producen a lo largo de toda la cadena alimentaria, desde el campo hasta los hogares.

En la producción primaria las pérdidas se producen debido a problemas en los cultivos por plagas, enfermedades o inclemencias meteorológicas, a un exceso de producción para prevenir las pérdidas por daños, a la volatilidad de los precios que incita a dejar los productos en el campo o a los exigentes criterios estéticos y de calidad por parte de los comercios.

En la industria de transformación las pérdidas se producen en el deterioro de
las materias primas, partes desechadas por no utilizarse en la producción o problemas en el envasado y embalaje.

En los hogares, se debe a la falta de planificación en la compra y en las comidas, que provoca la adquisición de productos que acaban estropeándose, así como a la confusión en el etiquetado (fecha de caducidad y consumo preferente).